Fiesta Halloween 2.005

 

 

1. Todo preparado

 

 

 

2. Llegan los invitados

 

 

 

3. La historia (1)

 

Halloween Town, como otras muchas mansiones, cuenta con su propia leyenda negra.

 

Hace muchos años vivía en esta casa un dulce niña llamada Teresa. Teresa era alegre y simpática, y ninguno de sus conocidos habría podido imaginar que iba a ser la protagonista de una terrible historia de horror.

 

La niña solía jugar sola en el jardín trasero de la casa – el mismo que hoy se ha convertido en cementerio - oculta a todas las miradas. O a casi todas…

 

Porque aquel día unos ojos enfebrecidos observaban a Teresa desde las sombras. Esos ojos eran de los de un enfermo mental escapado hacía poco de un psiquiátrico cercano.

 

Nadie conoce con exactitud lo que ocurrió en aquel jardín, pero lo cierto es que cuando su madre salió a buscarla a la hora de la cena no pudo encontrarla por ninguna parte.

 

Tras una batida exhaustiva la policía encontró su cuerpo entre las cañas de una riera cercana. Aunque en realidad la búsqueda se prorrogó algunos días más, ya que había algo que no consiguieron localizar nunca: la cabeza de la niña.

 

Dicen que desde entonces su cadáver decapitado aparece en la que fue su habitación. Esa habitación permanece cerrada y nadie ha osado penetrar en su interior… HASTA HOY.

  

 

 

4. Empieza la cena

 

 

 

 

5. La historia (2)

 

Pero el horror no había hecho más que empezar.

 

Pocos días después del asesinato de Teresa sonó el timbre de la casa. La madre de la niña abrió la puerta, pero allí no había nadie.

 

Fue entonces cuando vio la caja. Estaba cerrada y desprendía un olor extraño.

 

La llevó al interior y la abrió con cuidado. Lo que había en su interior le hizo gritar de pánico.

 

Desesperada, corrió en busca de su marido. Miró en todas las habitaciones pero no logró encontrarlo. Finalmente recordó que sólo le quedaba un lugar dónde mirar…

 

Casi paralizada por el miedo abrió la puerta de las escaleras que conducían AL SÓTANO de la casa…

 

 

 

6. Los "panellets" y las castañas

 

 

 

7. La historia (y 3)

 

La visión del cadáver mutilado de su marido acabó con la poca cordura que aún quedaba en la mente de la madre de Teresa.

 

La mujer - descendiente de una larga generación de brujas - decidió en ese momento romper con las promesas más sagradas hechas por sus ancestros de no practicar jamás la magia negra.

 

Subió al polvoriento desván y tras revolver en uno de los baúles que allí se encontraban regresó al sótano con su siniestra carga.

 

De nuevo en el sótano empezó por dibujar un pentagrama alrededor del cadáver y a rodearlo después con velas mágicas, que encendió una por una. Seguidamente recitó algunos de los conjuros más oscuros y prohibidos de la magia negra.

 

Una vez concluida esta tarea, la mente de la mujer traspasó definitivamente el umbral de la locura, lugar del que ya no regresaría.

 

Algún tiempo más tarde, en el sótano, algo que nunca debería moverse empezó a hacerlo. La puerta de la casa se abrió para dar paso a un horror hambriento de venganza que, lentamente, se sumergió en la oscuridad de la noche.

 

No muy lejos de allí, el asesino de Teresa descansaba tranquilamente en la oscuridad de su habitación cuando un extraño sonido le sacó de su letargo. Se incorporó sobre su lecho y a luz de la luna que se filtraba por la ventana de su dormitorio pudo ver el cuerpo no-muerto del padre de Teresa que avanzaba lentamente hacia él.

 

Quizá fue un acto voluntario o quizás no, pero lo cierto es que posiblemente nunca se hubiera descubierto al asesino si no fuese porque regresó a la casa dónde cometió los crímenes y subiendo al tejado, se ató una cuerda al cuello y se lanzó al vacío…

 

         

          

 

 

8. El alcohol hace estragos